lunes, 23 de julio de 2012

I just gonna dance the night away, The Mavericks








"...I just gonna dance the night away..." - repite una y otra vez el estribillo de ésta canción de The Mavericks, entre los contrapuntos de la sección de viento, lanzada dentro de su álbum "Trampoline" como pieza que abre el disco, en 1998.
A pesar de que no llegó en las listas del Billboard más arriba de la posición 9 de Top Country Albums, en Europa triunfó como single, sobre todo en Gran Bretaña, donde alcanzó el nº 4 en las listas. Y la canción merece un distintivo.
Raúl Malo, fundó Mavericks en 1991 y el grupo se disolvió como tal en 2001, siguiendo después su carrera en solitario hasta nuestros días.
Fué su líder, y su grupo fue ganador por la Academy de Country Music como grupo revelación en el año 1994, y obtuvo los galardones al mejor grupo vocal en los años 95 y 96 por la CMA.
Su éxito se basaba en ritmos fáciles cercanos al Tex Mex, con una mezcla de rock y música country tradicional, con un timbre de voz muy peculiar y agradable del propio Raúl Malo, donde su origen hispano - nació en Miami pero de padres cubanos - le lanza a crear una música  country diferente de la típica americana tradicional, creando por tanto un estilo muy propio cercano a los estilos cubanos de La Habana. 
Mavericks gozó de mucha popularidad en conciertos, sobre todo en UK, donde se apreció mucho su música desde su lanzamiento.

"Dance the night away", tal como reza el título, es una canción bailable hasta la médula, canción típica de parties, para animar la fiesta y que todo el mundo se lance a la pista a bailarla cuando suena, por su ritmo y letra desenfadados, y destacando el conjunto de viento que en un momento de la la canción lanza el típico grito que tan famoso hizo a la orquesta de Pérez Prado en sus pasajes de canciones, recordando vagamente a una de ellas en el corte de la banda de viento.

El link del video de Youtube adjunto, recoge una actuación en el Albert Hall de Londres en la cumbre de su carrera, donde se observa al público totalmente entregado al ritmo contagioso...¡y al baile!... en el breve espacio de butacas que les queda, puesto en pie y divirtiendose, tal como reza la letra de la canción.

Yo recuerdo haber oído ésta canción en su videoclip original del supermercado grabado por la discográfica, en el club Nashville de Terrassa donde su propietario, Tony Parera, gran impulsor de la música Country desde su local en toda Catalunya, la hizo sonar desde su rincón de DJ. 


Y allí tuve la oportunidad de saborear ésta canción por primera vez, y desde un primer momento me subyugó. Una canción trepidante que animaba a bailarla sin descanso, y en cuyo local se bailaba con una coreografía propia.

Estoy seguro que los que la escuchéis y os guste la buena música, la apreciareis 




   


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